Pues ya son tres años consecutivos los que llevamos acudiendo a este importantísimo evento gastronómico en el que Madrid se convierte durante tres días en la capital del mundo de la gastronomía y todo gracias al sello de calidad que Diputación provincial de Valladolid creó hace apenas cuatro años. El hecho de haber ganado el concurso de La Mejor Torrija de España fue determinante para que formáramos parte de una expedición que a lo largo de los años ha ido creciendo en número de productos creando una familia que roza ya los novecientos. Si aquella primera vez acudí con un premio nacional, la segunda fue con uno provincial y esta última con una presentación especial, el Carpaccio de Conejo, "Explosión de sube y baja de sabores" como le denominó una docente de hostelería que se acercó a conocernos curiosa de lo que allí se hacía.
Una elaboración que no dejó a nadie indiferente ya que con un producto como el conejo poco o nada se había realizado en esta modalidad de presentación, y es curioso puesto que este animalillo ya era domesticado para su consumo por los vacceos, Pintia así los ha demostrado, no en vano el nombre con el que nos denominaban los romanos, verdaderos artífices de la expansión de este hervívoro por toda Europa, fue Hispania "tierra de conejos". Otras versiones localizan la cría en los conventos por consiguiente mucho más tardía, pero lo que sí es indiscutible son las monedas acuñadas por Adriano personificando a Hispania como una dama y un conejo a sus pies.
Muchos de nuestro seguidores recordarán el genuino matadero de Grupo Hermi que había en Cogeces del Monte, en casa de la Señora Petronila, en el patio, yo lo tengo bien presente aún pues mi madre desollaba en la cadena, a partir de esa época, década de los setenta se empezó su industrialización, porque hasta ahí había sido una actividad limitada a los corrales familiares en el mundo rural, nosotros íbamos a comprarlos para la carnicería y en algunos los tenían enjaulados pero en otros estaban sueltos y nos volvían locos para capturarlos, éramos expertos en palparles por la zona del costado para ver si estaban gorditos. Ahora todo eso ha cambiado y esta carne tan saludable, versátil y económica es fácil de encontrar en diferentes y ricos formatos que no tenéis que dejar de probar,
El carpaccio ha sorpendido a propios y extraños y se convirtió en un gran descubrimiento para todos, eso hizo que haya decidido incluírlo en un nuevo menú que en pocos días estará presente en nuestra sala y del que os hablaremos en breve.
Os voy a dejar el enlace del víedo
de uno de los pases que hicimos en Madrid Fusión, tengo que advertir que esta no es la receta definitiva, pues a lo largo de la jornada me fueron haciendo algunas sugerencias y hemos hecho pequeños cambios, así es el mundo de la cocina, no, no hemos eliminado la trufa, eso nunca que para eso es de mi pueblo, por cierto otra que causó sensación pero por sí sola, ya sabemos que poco le hace falta a este hongo para ello.
Con menos nervios que la primera vez pero no por eso con menos ilusión hemos participado de algo grande
que se ha producido esta semana en este país y que espero y deseo que se haya convertido en la arrancadilla de volver y mejoradamente si cabe a ese pasado gastronómico de hace tan solo un año y que gozaba de tan buena salud, verdadero privilegio poder acercar al mundo exterior un poquito de Cogeces. Debo dar las gracias a todo el equipo de Alimentos de Valladolid que me ha acogido tan bien y ha pensado en mí una vez más.
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